Por qué cambiamos?

Por lo general pensamos que los cambios tienen que venir de afuera, que si la situación económica cambiaría, que si tuviera una pareja, que si me tratarían mejor, que si me valorarían más, etc.  Un sabio Presidente de Ecuador, José María Velasco Ibarra decía: “Queréis revolución? Hacedla primero dentro de vuestras almas”. Eso es lo que he estado haciendo durante casi dos años, una revolución que me ha movido el piso, que me ha abierto más los ojos, que me ha cambiado paradigmas, pero principalmente me ha dado la oportunidad de corroborar mi criterio de siempre en cuanto a quién soy y mi relación con el Creador.

Esta es la revolución que les invito a hacer en sus vidas, a preguntarnos: y si nosotros cambiamos nuestra perspectiva?, si somos un poco más tolerantes, más atentos, más amorosos, o sea si diéramos más de lo que tenemos dentro?, pero es ahí donde viene la pregunta clave: qué tenemos dentro?, estamos llenos de amor o de rencores?, de paz o es un huracán de resentimientos, malos deseos hacia el prójimo.  Realmente qué es lo que tenemos; de dónde viene?, fue así toda la vida?, me criaron así?, las circunstancias me hicieron así?. Probablemente es un conjunto de todo: las circunstancias, el entorno, las personas que nos rodean, eso es lo que nos moldea; pero cuando nos damos cuenta de que somos los dueños de nuestras vidas, que somos nosotros los que tenemos el derecho a tomar las riendas de ella y por ende las decisiones diarias, que esa es nuestra prerrogativa.  Es ahí donde cambia nuestra perspectiva, ya no es el de afuera quien tiene el poder sobre nosotros o la circunstancia que estamos viviendo o la pena que tenemos porque nos hirieron, somos nosotros los que decidimos cómo actuar ante eso, cómo queremos sentirnos, sin importar lo que los de afuera piensen o critiquen, es nuestra vida, nuestra responsabilidad. Responsabilidad es la habilidad que tenemos de responder a todo lo que nos pasa, es la decisión que tomamos de cómo sentirnos. 

Eleanor Roosevelt, esposa de uno de los que fueron presidentes de los Estados Unidos decía: “A nadie lo hieren sin su consentimiento” y es verdad!, eres tú quien decide si eso te va a herir o no; dirás, hay veces que las personas, las circunstancias y las cosas nos hieren muy hondo, es cierto!, pero miremos esas circunstancias, cosas, o personas como herramientas de aprendizaje, de saber qué hacer o qué no hacer, de cómo actuar en la siguiente oportunidad. O sea, aprender de eso, que cuando se vuelva a repetir, el dolor, la pena o el disgusto se vean diferente, por qué?, porque ya sabemos cómo enfrentarlo, en resumidas cuentas, hemos madurado, hemos aprendido a cómo actuar y no a reaccionar inconscientemente a tal o cual asunto, sino ver el mensaje en forma consciente.

 Los cambios nos atemorizan, el miedo a lo desconocido a veces nos paraliza. Interesante sería cambiar la perspectiva de lo que significa un cambio y verlo más bien como una expansión de nosotros mismos un aprendizaje en el camino de la vida, un paso más en nuestra adaptación al cambio.

Hoy tenemos que darnos cuenta que a lo que más debemos acostumbrarnos, es  al constante cambio de la vida.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *