El abandono

El abandono

El abandono en la infancia deja una huella emocional muy honda. Las razones por las cuales el niño se sintió abandonado son muchas, varias de las cuales ni siquiera las tomamos en cuenta como padres o cuidadores principales.

Cuando tenemos una madre muy ocupada como parte de su rutina y sin tiempo suficiente para su hijo,  no nos paramos a pensar cuánto esto afecta a nuestros hijos. Si a eso se le une que llega otro bebé y quizás con problemas que requieran más de nuestro tiempo, la situación se complica.

Cuando nuestros trabajos son muy absorbentes y no tenemos tiempo ni siquiera para pasar con ellos durante las vacaciones y los encargamos con familiares, también les deja a los niños la sensación de abandono.

Cuando uno de los padres está muy enfermo y el otro muy ausente tratando de suplir todas las necesidades del hogar.

El haber sido internado en un hospital por mucho tiempo también deja la sensación de abandono en el niño.

Los niños pequeños necesitan un contacto permanente con sus padres o cuidadores principales para crecer psicológicamente sanos. Si los padres o los cuidadores han estado al menos emocionalmente ausentes por cualquier motivo que haya sido, válido o no!. (También hay quienes después de tener hijos se dan cuenta que eso no era para ellos causando un daño irreparable en el niño) la percepción del niño será una falta de en quién apoyarse con lo cual se sentirá perdido, solo y hasta incomunicado.

Una de las consecuencias del abandono en la infancia es la inseguridad.  Estas personas buscan fervientemente alguien en quien apoyarse y que les ayude a tomar decisiones, pues en el fondo no confían en sí mismas, lo que las lleva al desarrollo de una dependencia emocional respecto de otra persona. Esta inseguridad o falta de Autoestima, es uno de los problemas muy frecuentes que terminan en codependencia con esa persona, ya que siempre necesitarán aprobación externa para sentirse apoyadas y validadas; y si la otra persona es manipuladora, el problema se agranda terminando en una relación tóxica.

Otra actitud que las personas pueden tomar es la de actuar y comportarse como víctima en sus relaciones con otras personas, con el único objetivo de llamar su atención y obtener su apoyo. Las personas que viven este papel de víctimas tienen especial habilidad para complicarse la vida y meterse en dificultades.  Sin embargo, en lugar de buscar solución a sus problemas, adoptan una posición pasiva mientras maldicen su mala suerte.  Una víctima siempre necesitará que otra persona adopte el papel de salvador y le socorra solucionando su vida.

Cuando en la infancia ha habido abandono, el miedo fundamental de las personas es a la soledad. Para no sentirse solas o abandonadas, dramatizan en exceso cualquier contrariedad, desde luego bajo su punto de vista sí que adquiere dimensiones colosales, los sentimientos y emociones son más acentuados y por ende más dolorosos. Aunque parezca ilógico, las personas con dependencia emocional a veces también desempeñan en papel de salvadoras, todo con el fin de conseguir atención de otras personas y no sentirse solas y abandonadas nuevamente.

También podríamos encontrar que a estas personas les falta iniciativa y en ocasiones pueden parecer perezosas porque les cuesta empezar solas alguna actividad o trabajo. En realidad necesitan la presencia de otra persona para sentirse respaldadas en lo que hacen.

A aquellas personas que han sufrido el abandono en la infancia les resulta muy difícil adaptarse a situaciones nuevas, por ejemplo cambiarse de trabajo, mudarse de casa o vivir en otra ciudad. Su estabilidad es lo más importante, así que por no tener cambios se aferran a parejas aunque la relación sea destructiva.

Asimismo, encontramos que la persona dependiente no quiera tener hijos bajo el pretexto de que no desea perder su independencia.  En realidad, en el caso de que sea el hombre quien depende emocionalmente de su pareja, teme que la llegada de un bebé ponga en riesgo la constante atención que necesita de su mujer.  Si la dependiente afectiva es la mujer, el temor tendrá que ver con el agobio que supone cumplir las obligaciones que implica tener un hijo.

En definitiva el abandono en la infancia es una de las causas para la codependencia, de la que hablaremos en detalle próximamente.

Como he enfatizado en todos los blogs de esta serie, el trabajo personal es asunto de decisión y se pueden lograr muchos cambios positivos en nuestras vidas. Si bien es cierto que la niñez nos marca, también es cierto que ahora ya no somos niños y tenemos la responsabilidad de cuidar de nosotros.

 

 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *