La traición
Cuando los padres, por salir del apuro, hacen promesas a los niños que más tarde no las cumplen por olvido o porque simplemente no las pueden mantener, es cuando se abre una herida en el niño y su sentimiento es de traición. Al sentirse engañado por sus padres, pierde la confianza en ellos. Recordemos que los niños siempre tienden a idealizarnos y tener expectativas muy altas con nosotros, sus padres o cuidadores principales.
La herida emocional de la traición en la infancia también puede tener su origen en una traición o en un engaño de uno de los progenitores al otro. El niño siente esa traición como si él la hubiera vivido en persona. Sea cual sea el origen de la traición, el niño percibe que no se puede confiar en nadie.
Cuando las personas han sufrido la traición en la infancia, es muy probable que desarrollen la tendencia a controlar a los demás para protegerse del engaño o traición.
Hay quienes controlan para evitar sentir vergüenza o para no avergonzar a los demás, otras que han sentido muy fuerte la traición se vuelven controladoras para asegurarse de que los demás mantengan sus compromisos. Así mismo “tratan” de comportarse fiel y responsablemente.
Dependiendo de cuán profunda sea la herida de la traición en la infancia, su deseo por tener control aumentará. Prever el futuro es para ellas algo muy importante, es la forma de defenderse de una nueva traición, es por eso que si algo no funciona según sus expectativas o de acuerdo a su plan, la falta de control ya sea por algún imprevisto o demora puede transformar su comportamiento en agresividad.
Por lo general las personas controladoras son de carácter fuerte. Defienden con energía y vehemencia sus principios y creencias y desde luego al pensar que tienen la razón, desean que todos acepten su punto de vista y siempre dirán la última palabra. También las ponen nerviosas o exaspera las explicaciones innecesarias ya que no les gusta perder el tiempo.
En su afán de adelantarse a los hechos y prever los resultados, vivirá en un eterno pensar, planificar, etc. etc. incapaz de vivir en el aquí y el ahora. Les suena familiar que mientras trabaja se ocupa de planificar las próximas vacaciones? Mientras está de vacaciones, estará planificando los proyectos para el próximo año o las ventas del mes que viene, o los resultados de la campaña de marketing prevista. Les resulta casi imposible desconectarse de todo y disfrutar a plenitud de lo que la vida les da en el presente.
Ni qué hablar de delegar funciones, difícil confiar en alguien!
Es interesante ver que a las personas controladoras les cuesta confiar en los demás, pero eso sí no soportan que los demás no confíen en ellas, pues tienen la idea de que si alguien no confía en ellas es una traición.
Su reputación es un valor demasiado importante que defenderán por encima de todo y harán lo imposible para que los demás las valoren y digan que son responsables, confiables y fieles. Aunque si ellas incumplen una promesa o traicionan a alguien en su vida, no lo van a aceptar jamás así tengan que inventar miles de excusas para justificar su comportamiento evadiendo la realidad.
También es muy común verlas organizándoles la vida a los demás, especialmente a sus hijos o pareja. Confunden ayuda con control y están totalmente convencidas de que están ayudando y saben lo que más les conviene a esas personas, sintiendo así una superioridad sobre a quienes tratan de controlar o los miran como más débiles que ellas. Este es un mecanismo de defensa que les permite mostrarse fuerte por miedo a que alguien aproveche su vulnerabilidad y las traicione, no quieren que les hagan daño nuevamente. Son igualmente capaces de manipular a sus parejas para que, cuando se termina el amor, sean ellas quienes terminen la relación para no aparecer como que han faltado a su palabra y así la pareja será declarada oficialmente traidora ante toda la familia y amigos.
Como podrán ver el miedo a la traición conlleva un gran control sobre las otras personas que no es más que la característica principal del codependiente, se alimenta de un comportamiento dañino en afán de salirse con la suya, aunque a veces le toque hacer el papel de víctima.
Como he enfatizado en todos los blogs de esta serie, el trabajo personal es asunto de decisión y se pueden lograr muchos cambios positivos en nuestras vidas. Si bien es cierto que la niñez nos marca, también es cierto que ahora ya no somos niños y tenemos la responsabilidad de cuidar de nosotros.