Apreciamos todo lo que nos rodea, amigos, carros, casa, eventos, trabajos, etc. etc. sin darnos cuenta de que lo que más debemos apreciar es a nosotros mismos.
En verdad nuestros amigos, nuestras comodidades, nuestras posesiones nos hacen sentir alegres, felices, contentos, a veces inclusive realizados, pero si analizamos más profundo, esas son emociones, no una norma de valor. Las normas para valorarnos vienen desde adentro y se proyectan hacia afuera en todas nuestras relaciones. Valoremos más el ayudar a nuestro vecino, el tolerar comportamientos, el saludar a los mayores, el respetar los derechos de los niños, el agradecer un gesto de amor de nuestra pareja. Todas esas cosas que hacemos desde el corazón y que en realidad refleja nuestra Esencia, nuestro verdadero valor.
Autoestima es estar seguros de sí y lo más importante es cuánto nos estimamos nosotros, cuánto nos valoramos. Nuestros pensamientos acerca de nosotros tienen que ser positivos ya que los pensamientos y las creencias acerca de nosotros es lo que determina esa Autoestima.
Es importante entender que nuestra Autoestima, si bien es cierto fue formada por criterios y circunstancias del pasado, es nuestro pensamiento actual el que la modela, ya sea de la misma manera que fue creada o de la manera que nosotros nos vemos ahora. No entremos en un círculo vicioso, nosotros podemos romperlo si nos lo proponemos. Ahora tenemos la capacidad de cambiar esos paradigmas de acuerdo a nuestro punto de vista, de acuerdo a nuestra propia opinión.
Así que a trabajar en nuestra Autoestima, a valorar cada gesto de amor que tenemos con los otros, a hacer valer nuestros deseos y necesidades, a apreciarnos nosotros primero para así emanar esa valía hacia afuera.